Las esculturas del artista español Jaume Plensa son conocidas internacionalmente debido a la gran escala que maneja. Basta ver las imágenes, para entender la calidad y grado emotivo que utiliza para crear.
El estudio de Jaume Plensa está situado en un polígono industrial de un pueblo en Barcelona, ahí utiliza materiales como resina de poliéster, polvo de mármol y pintura blanca para crear formas geométricas con una mezcla de tipografía, que al finalizar hacen piezas únicas.
Con una gran proyección internacional que van desde dibujo, escultura, obra gráfica, escenarios para ópera, videoproyecciones e instalaciones acústicas. No hay manifestación artística o técnica actual que no haya sido experimentada por el artista.
Junto a cuatro óperas clásicas: La Atlántida, El martirio de San Sebastián, La condenación de Fausto y La flauta mágica; entre 1999 y 2003 se convirtió en uno de los referentes de la escenografía y uno de los creadores del arte en espacio público más reconocidos en el mundo.
A lo largo de su carrera ha obtenido diversos premios, entre los que destacan el Primer Premio de Escultura del XXXIX Salón de Montrouge en 1994, el Premio de la Fundación Alexander Calder (1996) y el Premio de la Asociación Española de Críticos de Arte a la mejor obra presentada en Arco´98. Apesar de su reconocimiento en los mejores centros e instituciones de arte contemporáneo, ha conseguido mantenerse al margen de lo comercial.
Por Grissel González