A lo largo de sus 30 habitaciones, este lugar transmite a sus visitantes una mezcla entre lo rústico del campo y lo contemporáneo de un diseño de mínima expresión.
La región de Amarante en Portugal no sólo es popular por ser la casa de los famosos viñedos de la Quinta da Lixa, sino porque ahora los turistas de todo el mundo tienen un lugar en dónde disfrutar de toda la cultura del vino y de los productos derivados de la uva. El Hotel Monverde, distinguido no sólo por proporcionar a los fanáticos de los blancos y tintos degustaciones y muestras del proceso de fabricación de los productos, sino por ser un auténtico ejemplo de arquitectura de alto nivel y diseño minimalista inigualable.
De acuerdo con el portal Design Milk, el recinto -recientemente abierto al público- cuenta con una mezcla perfecta entre lo rústico y lo moderno, ya que para la edificación del actual hotel se ocuparon los cimientos y ruinas de los edificios antiguos de la zona, lo que permite experimentar una atemporalidad en sus espacios.
Con un costo de 90 euros por noche (1600 pesos, aproximadamente), los visitantes pueden disfrutar de la magia de la campiña desde un hotel que nos bombardea con la palabra “lujo” desde todos sus rincones.
Los encargados de la construcción fueron los expertos de FCC Arquitectura, todo esto de la mano del diseñador de interiores Paulo Lobo.
Los materiales que predominan en este proyecto son maderas y acrílicos de textura suave, así como las piedras obtenidas de las ruinas de la zona. Asimismo, las habitaciones y espacios comunes están iluminadas con candelabros y lámparas de luces cálidas, provocando una sensación de confort en medio de la frialdad que pueden albergar algunos de los elementos sintéticos de la obra.
Un ejemplo de arquitectura funcional, diseño de altura y un toque minimalista que eliminan por completo el concepto de lo ostentoso y rebuscado.